Tal y como se acordó, la bombilla incandescente dejará de fabricarse a partir del próximo día 1 de septiembre de 2012. Paulatinamente irá desapareciendo, en 2016, en toda la Unión Europea.
La bombilla incandescente, invento atribuido a Thomas Alva Edison, fue presentada el 21 de octubre de 1879. Desde entonces, 130 años después, poco ha cambiado. Al menos en esencia. Está compuesta por un casquillo metálico que conduce la electricidad a dos hilos que sujetan el filamente de tungsteno encerrado al vacío (actualmente en lugar de hacer el vacío se rellena de gas noble). Este filamento, con el paso de la electricidad, genera la luz pero también calor.
Realmente, el 90% de la energía se transforma en calor y sólo el 10% en luz. Es este el motivo por el cual se decidió en 2009 ir suprimiendo su uso en beneficio de nuevas opciones más eficientes energéticamente hablando.
Hoy en día con los avances en lamparas de bajo consumo, fluorescentes y las cada vez más usadas bombillas LED no tiene sentido continuar usando un producto poco eficiente energéticamente. Además sus mil horas de vida útil no son nada si las comparamos con las más de 45.000 que puede ofrecer una bombilla LED.
Además las bombillas incandescentes generan residuos al medio ambiente más difíciles de eliminar. Por tanto, no dudéis y según vayan fundiendo las bombillas de casa empezar a sustituirlas por bombillas LED o de bajo consumo. E incluso si no se funden, siempre es un buen momento para optar por la iluminación LED y sus ventajas.